En el Devónico, la parte oriental del océano Paleo-Tetis se abre, cuando los microcontinentes de China del Norte y China del Sur se desplazan hacia el norte. Esto provocó el decrecimiento del océano Proto-Tetis, un precursor de Paleo-Tetis, hasta el Carbonífero tardío, cuando China del Norte colisionó con Siberia. Sin embargo, a fines del Devónico, una zona de subducción formada al sur de las Tierras Húnicas, comenzó a subducir la corteza oceánica del Paleo-Tetis. Gondwana se desplaza hacia el norte, un proceso mediante el cual la parte occidental del océano Paleo-Tetis se cerraría. En el Carbonífero se produjo la colisión continental entre Euramérica y las Tierras Húnicas. En Norteamérica a esto se le denomina Orogenia apalache, mientras que en Europa es la Orogenia hercínica. El océano Rheico desaparece por completo y en el oeste se cierra el Paleo-Tetis. A fines del Pérmico, la pequeña y alargada placa de Cimmeria (hoy la corteza de Turquía, Irán, Tíbet y partes de Asia sudoriental) se separó de Gondwana (que en este momento forma parte de Pangea).
El fenómeno de la bajada de la salinidad oceánica global debió repercutir en la circulación oceánica, en donde los aportes de aguas saladas del Mediterráneo, por su diferente densidad, juegan un papel específico e importante. Es también probable que la disminución de la salinidad oceánica se hiciese notar en las latitudes altas, y que, al elevarse el punto de congelación del agua marina, la superficie del Artico se congelase con mayor facilidad y los hielos fuesen más abundantes. Las investigaciones sobre la desecación del Mediterráneo alcanzaron un punto álgido en agosto de 1970, durante las perforaciones que realizaba el buque oceanográfico Glomar Challenger en el Mediterráneo. En los fondos de cuencas marinas que hoy están cubiertas por una capa de agua de más de 3. 000 metros de profundidad, se descubrieron espesos estratos de rocas evaporitas, como yesos y anhidritas, y ciertos fósiles típicos de antiguos lagos sometidos a una fuerte evaporación. Que el fondo desecado del Mediterráneo estuvo entonces cientos de metros por debajo del nivel superficial actual, parece probarlo también el estudio de los sedimentos de la cuenca del Nilo.
El Mar de Tetis jugó un papel primordial en la historia y geografía de nuestro planeta, pero en la actualidad apenas es reconocible. Se puede hablar del Mar de Tetis en sentido amplio incluso en la era Paleozoica, pero lo normal es que lo empecemos a considerar a partir del Triásico, hace 250 millones de años. En aquel momento el supercontinente Pangea, del que todos hemos oído hablar, presentaba una gran brecha en su costa oriental, un enorme mar interior casi del tamaño de Asia que es lo que se considera como el Mar de Tetis. Las condiciones resguardadas, cálidas y poco profundas de este mar lo convirtieron en un hervidero de vida, desde monstruosos reptiles marinos a coloridos arrecifes de todo tipo. Pensad que este tipo de mares, interiores y cálidos, tipo Caribe, Mar Rojo o alrededores del archipiélago Indomalayo triunfan en los documentales. Sin duda hubiese sido el destino preferido de los buceadores de entonces y del turismo ecológico en general: inmersiones en orgías de vida multicolor, islas con bosques de cicadáceas y dinosaurios de todo tipo, en fin, todo lleno de bichos.
Cubrió muchos platos pequeños, cretácicos arcos de islas, y microcontinentes. Muchas pequeñas cuencas oceánicas ( Valais Mar, Piemont-Liguria Mar, Meliata Océano) se separaron uno de otro por continentales terranes en la Alboran, Ibérica, y Apulian placas. El alto nivel del mar en el Mesozoico inundó más de estos dominios continentales, formando mares poco profundos. A medida que las teorías han mejorado, los científicos han extendido el nombre de "Tetis" para referirse a los tres océanos similares que lo precedieron, que separa los terrenos continentales: en Asia, la Paleo-Tetis (Devónico-Triásico), Meso-Tetis (finales del Pérmico tardío Cretácico), y Ceno-Tethy (finales del Triásico-Cenozoico) se reconocen. Ni el Océano Tetis se debe confundir con el Océano réico, que existía al oeste de ellos en el Período Silúrico. Al norte de la Tetis, a continuación, la masa terrestre se llama Angaraland y al sur de la misma, se llama Gondwana. La teoría moderna Desde el Ediacaran (600 Mya) en el Devónico (360 Mya), el Océano Proto-Tetis existía y estaba situado entre Baltica y Laurentia al norte y Gondwana al sur.
Hoy día, la evaporación completa del actual Mediterráneo, si se cerrase Gibraltar, llevaría unos 1. 000 años y en su fondo se formaría un sedimento de sales de 70 metros de espesor. Por lo tanto, para acumular los 2 o 3 km de sedimentos del episodio mesiniense se habrían necesitado 30 o 40 ciclos de llenado y secado de la cuenca. El Mesiniense finalizó justo en la frontera entre el Mioceno y el Plioceno, hace unos 5, 4 millones de años. Entonces otro cataclismo orogénico en el extremo occidental del Mediterráneo volvió a abrir la comunicación con el Atlántico. Esta vez, por Gibraltar. Y desde entonces el nivel del Mediterráneo se encuentra más o menos en equilibrio gracias a la corriente de agua superficial que entra por el estrecho desde el océano. Este caudal entrante compensa tanto la pérdida por evaporación que sufre la cuenca (mayor que la precipitación y que la escorrentía de sus ríos), como el caudal de la corriente profunda de agua densa y salada que en sentido contrario se escapa al Atlántico por las profundidades.
Esto explicaría en muy buena medida los terremotos o sismos. Esta es, a grandes rasgos, un poco de la teoría (por demás extensa e interesante), que fundamenta la existencia del Mar de Tetis en Ciudad Juárez y, probablemente, en buena parte del estado. Este océano interior habría existido hace unos 250 o 300 millones de años en buena parte del territorio norteño, y en la Sierra suroccidental de Ciudad Juárez, La Amargosa y Del Presidio existen, ahí a flor de tierra, miles de evidencias que claman a gritos ser estudiadas, analizadas. Decenas, cientos, miles de piedras de todos tamaños y formas, tienen a simple vista las caprichosas formas, perfectamente bien dibujadas sobre su superficie, de fósiles marinos. Desde conchas, caracoles, moluscos y hasta lo que parecen ser grandes camarones, se pueden apreciar claramente sin más esfuerzo que el dirigir la mirada hacia cualquier piedra del lugar. El detalle podría parecer irrelevante y hasta poco interesante, quizá para algunos escépticos de la historia y la cultura, pero cuando se sabe que cada una de esas piedras podría tener entre 250 y 300 millones de años de antigüedad, la percepción de tener una de ellas entre las manos, cambia sensiblemente.
La placa de Cimmeria comienza a desplazarse hacia el norte reemplazando el océano Paleo-Tetis por Tetis. El dibujo presenta la situación hace 280 millones de años. El océano Paleo-Tetis es un antiguo océano del Paleozoico situado entre el supercontinente Gondwana y Euramérica. Se comenzó a formar a finales del Ordovícico, hace uno 450 millones de años, reemplazando al antiguo océano Proto-Tetis. Desapareció a finales del Triásico, hace unos 200 millones de años, siendo reemplazado por el océano Tetis. El océano Paleo-Tetis se comenzó a formar a fines del Ordovícico cuando una dislocación separa de Gondwana dos pequeños fragmentos, las denominadas Tierras Húnicas. Estas se dividen en la Húnica Europea, hoy la corteza terrestre bajo parte de Europa central (llamada Armórica) y de la península ibérica, y la Húnica Asiática, hoy la corteza de China y partes del este de Asia Central. Estos fragmentos comienzan a avanzar hacia el norte, en dirección a Euramérica. Durante este proceso, el océano Rheico comienza a desaparecer entre Euramérica y las Tierras Húnicas.
Actualmente, me encuentro trabajando en un proyecto de gran envergadura y visión que pretende la creación de un corredor turístico entre Samalayuca y el Valle de Juárez, teniendo como hilo conductor precisamente la historia de estos lugares y el papel que jugaron en el desarrollo de las actuales comunidades fronterizas, pero también el conocimiento de la historia regional a las futuras generaciones de juarenses, y es precisamente este proyecto el que me permite conocer en forma directa todo lo que he narrado en el presente artículo. No cabe duda. Hay mucho por descubrir en la Sierra de Juárez, en su historia y en su cultura, en sus tradiciones ancestrales y en la formación de sus comunidades, pero hay mucho más que hacer en el terreno de la voluntad política de los gobernantes, para que no sólo apoyen esta clase de proyectos, sino que los establezcan como programas de gobierno, como política pública, que permitan encontrar una identidad histórica y cultural de los juarenses. La identidad de un pueblo no está en el marketing publicitario, ni en los "Juárez Competitiva", ni en los "Juárez Creativa", sin desestimar esos esfuerzos; la identidad de un pueblo está ahí en su historia, en su pasado, en su cultura, pero es necesario traer todo eso a la conciencia y al presente de sus habitantes.
Ellos utilizan los términos '', 'Paleotethys Mesotethys', y 'Neotethys' para el Caledonian, Varisco y orogénesis alpina, respectivamente. En la década de 1970 y 80, estos términos y 'Proto-Tetis, se utilizaron en diferentes sentidos de varios autores, pero el concepto de un solo océano acuñamiento en Pangea desde el este, más o menos donde Suess propuso por primera vez, se mantuvo. En la década de 1960, la teoría de la tectónica de placas se estableció, y "mar" de Suess claramente se podía ver que ha sido un océano. La tectónica de placas presentó una explicación del mecanismo por el cual el antiguo océano desapareció: la corteza oceánica puede subduct bajo la corteza continental. Tethys se consideró una placa oceánica por Smith (1971); Dewey, Pitman, Ryan y Bonnin (1973); Laubscher y Bernoulli (1973); y Bijou-Duval, Dercourt y Pichon (1977).
En su último libro Dorrik Stow nos hace un relato de la vida del mar de Tetis, desde su nacimiento hace 260 millones de años (Ma) hasta su muerte hace cinco y medio de años cuando se secó del todo y para siempre. Cuenta en 300 páginas, en un estilo muy claro y lleno de anécdotas personales, el nacimiento del Mar de Tetis, su muerte hace tan solo cinco millones y medio de años, los aspectos más notables de su vida y cómo algunos de ellos como por ejemplo la generación de grandes yacimientos de petróleo están influyendo en nuestra vida. (Sigue leyendo)
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